Reseña de la novela Olimpia, de Laura Mas

Reseña de la novela ‘Olimpia’, de Laura Mas

Corre el año 357 a. de C. y Políxena va a casarse con el Rey Filipo II de Macedonia. En el Templo de Samotracia, a Políxena se le comunica la profecía de que la sangre correrá para que llegue la gloria del hijo que nacerá de su vientre. Así será el inicio de la historia de la vida de Alejandro Magno, hijo de Olimpia, que es como Políxena se llamará finalmente tras cambiarse el nombre, en primer lugar, a Mírtale. Pero su nueva y definitiva identidad responde más a su unión con Zeus y al poder que tendrá su hijo.

Olimpia (Espasa, 2022) es la segunda novela de la periodista y escritora Laura Mas y narra de esta forma, con un estilo muy bueno y muy documentado en cuanto al contexto histórico, y una narración en primera persona, la vida de la madre de Alejandro Magno desde este momento. Una vida que se desarrollará entre Pela (Macedonia) y Dodona (Epiro, región de los Balcanes), un reino perteneciente a Macedonia del que ella es originaria, y en el que su principal objetivo será ver a su hijo como el conquistador y rey más poderoso del mundo.

En la novela el lector será espectador de las experiencias vitales de la propia Olimpia, que no deja de ser una extranjera en Macedonia y, aunque última en casarse con Filipo, pasará a ser su esposa principal. Comienza de esta forma lo que en el resto del libro será la fuerza de la madre de Alejandro Magno para combatir todas las intrigas internas, odios y posibles venganzas del resto de esposas del Rey. Porque si la vida de un conquistador es dura, la de su madre no es fácil, máxime cuando no es una mujer débil, sino una mujer fuerte que quiere tener poder político, de decisión, no solo influencia religiosa.

Laura Mas nos deja en Olimpia un relato muy detallado y detallista de la vida en los palacios de Pela y Dodona, la vida infeliz de la mujer en una tierra que no es la suya. Y en este sentido, tanto por ser una mujer extranjera como por ser esposa o madre de conquistadores, esta novela está relacionada con otras como Yo, Julia, de Santiago Posteguillo (Premio Planeta 2018), pues Julia Domna también fue odiada en Roma por su origen sirio.

Con un lenguaje exquisito, la novela Olimpia de Laura Mas nos hace experimentar las diferentes facetas de la protagonista principal, mientras su hijo pasa años tratando de conquistar Persia o La India. Esposa, madre, amante y estratega, Olimpia es una mujer fuerte y muy sensual, pero al mismo tiempo sufridora por el amor clandestino y por el devenir de su hijo y su familia. Una sensualidad que se demuestra en la narración por los suntuosos ropajes que lleva, por sus baños, por su pasión sexual y también por su relación con las serpientes, símbolo de Zeus. En gran parte, ella es como una serpiente: difícil de amaestrar, hipnótica por el miedo y la belleza que irradia.

Esta devoción y amor por las serpientes, que no gusta en Macedonia, es una de las señas de identidad de la madre de Alejandro Magno, a quien intenta guiar en la que ella considera que es la buena dirección. Lo hará en sus misivas que se intercambian mientras él está conquistando reinos, mientras en el palacio de Dodona y, en mucha menor medida en el macedonio de Pela, ella trata de dar significado a los sueños que tiene. En la Antigua Grecia, las profecías de los oráculos eran tenidas por verdades y la vida de las personas se guiaba por sus creencias religiosas, de ahí que no fuera menor el poder religioso de Olimpia, aunque tuviera en su contra que el poder en Macedonia en ausencia de Alejandro, tras la muerte de Filipo, lo tenga Antípatro.

Guiada a su vez por las profecías y sus significados explicados por sus mantis o adivinos (primero Diocles, después Agatón), la vida de Olimpia tendrá en el amor su piedra angular (ese amor que es también el centro de la primera novela de Laura Mas, La maestra de Sócrates, ambientada un siglo antes, en el V a. de C., cuya protagonista, Diotima, era también extranjera como Olimpia). Amor por su hijos (Alejandro y Cleopatra), por su hermana (Troa) o por sus nietos, mucho más fáciles de mostrar en público que los amores prohibidos.

Amor, sensualidad, estrategia política, profecías, venganzas y también algo de filosofía (el maestro de Alejandro Magno fue Aristóteles, quien fue discípulo de Platón, quien lo fue a su vez de Sócrates) impregnan la novela Olimpia de Laura Mas. Un relato histórico de un lenguaje pulcro y cuidado al más mínimo detalle. Lo que unido a que no es una novela larga, facilita mucho la lectura en unos pocos días. Mas, tras La maestra de Sócrates, da un paso más allá en el género de la novela histórica con una una segunda obra que incluso puede saber a poco y dejar ganas de más.

Si antes he comentado la semejanza del personaje de Olimpia con el de Julia Domna en las novelas de Santiago Posteguillo, el tipo de narración en primera persona también es un punto en común con Aquitania, de Eva García Sáenz (Premio Planeta 2020). Que como en el caso de Olimpia de Laura Mas, es una novela más corta de lo que otros autores y autoras del género histórico nos tienen acostumbrados. Un ejemplo de novelas históricas mucho más extensas lo tenemos en otra escritora joven con mucho potencial, María Reig, autora de Papel y Tinta (Suma de Letras, 2019), Una promesa de juventud (Suma de Letras, 2020) y Los mil nombres de la libertad (Suma de Letras, 2022).

Y en este punto, considero oportuno comentar que la trama de la novela está muy bien traída, con puntos interesantes como es, una y otra vez, la estrategia política en la mente de Olimpia y las mutuas influencias entre el amor y el destino de un reino su dinastía ligada a los dioses del Olimpo y a Zeus. Nunca perderá de vista la importancia de proteger a su hijo y a la dinastía frente a los rivales, más internos que externos. Máxime, como muy bien se narra en el libro, cuando su hijo está durante años fuera luchando. Por eso, desde el punto de vista literario, poca crítica negativa se puede hacer a esta novela, más bien todo lo contrario.

Porque Laura Mas nos deja con Olimpia un relato casi perfecto tal y como lo ha planteado, lo que me lleva a pensar que con el paso de los años no podemos más que esperar cada vez más y mejores novelas de esta joven escritora. Como lector, sin atreverme ni creerme con el derecho a decir en qué debe mejorar una novela, qué le falta ni qué le sobra, sí creo que con el paso del tiempo aquello que falta por perfeccionar en sus libros, Mas lo hará porque le sobra talento.

De esta forma, con una segunda novela tan bien escrita, con un estilo tan pulcro y elegante, Olimpia es sin duda de lo mejor que podemos leer en la llamada rentrée literaria de septiembre de 2022. Porque el lector en español tiene la suerte de tener en ella una escritora de la que se pueden esperar muchos éxitos. Y si escritores como Posteguillo, María Dueñas o Arturo Pérez-Reverte son autores consagrados del género de la novela histórica, Laura Mas apunta muy alto en su futuro como escritora.

Pero antes de que el tiempo dé o no lo razón a este pensamiento, en el presente lo que no genera dudas es la calidad del relato de Olimpia. Laura Mas embriaga con esta novela y su forma de poner en el papel la pasión, la sexualidad, el poder, la mentalidad, el sufrimiento y el corazón de la madre de Alejandro Magno.

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