Mauricio Greis es un dentista soltero que regresa a la ciudad de Barcelona en la década de 1980 y es llamado por dos miembros del Partit del Socialistes de Catalunya (PSC) a participar en las elecciones municipales, que se celebrarán próximamente. Durante la campaña conocerá a dos mujeres, la joven abogada Clotilde y la cantante animadora de mítines del PSC llamada la Porritos.
‘Mauricio o las elecciones primarias‘ (Seix Barral Biblioteca Breve, 2006) es una de las novelas no paródicas del Premio Cervantes 2016 Eduardo Mendoza, un recorrido por la Barcelona de los años ’80, poco después de la Transición, en la que España se está adaptando a la democracia. Un retrato en parte satírico, en parte cínico, en parte triste, de la ciudad condal y sus ciudadanos.
Eduardo Mendoza no abandona del todo el género humorístico en esta novela, en la que el personaje principal, Mauricio Greis, es un dentista que recibirá la oferta de abrir una consulta con un socio. Tiene un buen sueldo y sueña con comprarse un coche nuevo. Quizás una de las pocas esperanzas de este hombre, por lo general gris, sin impulsos que le hagan en un momento dado cometer una locura.
Sin embargo, pese a algunos muy buenos golpes de humor, de absurdo y de surrealismo, que los hay, en gran parte por el panorama que pinta Eduardo Mendoza de cómo es la campaña a las elecciones en las que Mauricio Greis ocupará un puesto muy poco destacado en las listas del PSC, el lector se enfrenta con la lectura de ‘Mauricio o las elecciones primarias‘ a una novela triste.
Mauricio Greis, tras la campaña electoral, regresará a su vida cotidiana, salpicada de altibajos, montado en una montaña rusa, en el triángulo amoroso que mantiene con Clotilde y con la Porritos. Dos mujeres muy diferentes a las que Mauricio no sabrá si abandonar o si pasar toda su vida junto a una de ellas. La Porritos enfermará y Clotilde irá ascendiendo en su trabajo en el bufete del abogado Macabrós, un empleo precario, con viajes a Ginebra incluidos. Sus relaciones cambiarán, de la frialdad a la pasión en viajes de ida y vuelta continuos.
Para quien escribe esta reseña de ‘Mauricio o las elecciones primarias‘, la narración, el estilo, la evolución de la trama, son perfectos, mostrando al lector una serie de personajes secundarios pintorescos como el propio Macabrós; un socio suyo jorobado llamado Cervello modelo de hombre machista poco agraciado físicamente incapaz de relacionarse de forma sana con las mujeres; la señora Marcela, vecina de la Porritos; los familiares de Mauricio y Clotilde; o los miembros del PSC con los que Mauricio se encuentra por el camino, como Mosén Serapio, un cura obrero con tendencia al alcoholismo.
Todos ellos mezclados en una Barcelona y una situación política, social y económica que Eduardo Mendoza retrata con un cuchillo en la boca, sin dejar títere con cabeza. Ya sea de derechas o de izquierdas, nacionalista independentistas o de centro, ninguna ideología política se salva de la quema en esta novela.
La trama se desarrolla con la posibilidad de que Barcelona sea elegida sede de los Juegos Olímpicos del año 1992 de fondo, discusiones sobre si será positivo o no para la ciudad y sus habitantes de por medio. Y con el conflicto árabe-israelí que aparecerá con Judas, un primo de Mauricio que vive en Israel y visitará la ciudad fugazmente. Tampoco se salvan el judaísmo ni las religiones de la pluma del ganador del Premio Cervantes 2016.
Mendoza muestra los cambios sociológicos de esta década postfranquista, con temas, aun escritos en 2006 y ambientados 20 años atrás, que son totalmente actuales en 2019, como el feminismo, el ambiente machista de los diferentes entornos laborales como el de la abogacía, la corrupción política, la percepción de médico de segunda clase que hay sobre los dentistas, el lesbianismo o la violencia en Israel y Palestina.
El galardonado con el mayor premio literarios de habla hispana lo hace con un lenguaje no paródico como en la saga del detective anónimo, pero sin dejar pasar la oportunidad de envolver la tristeza con dosis de sátira y surrealismo. Porque es surrealista preguntarle a un hombre en un tanatorio si quiere irse de putas. Como lo es que la Porritos aparezca en un mitin con un jersey apretado, como si fuera una chica «neumática» en una novela de Aldoux Huxley, para entretener al personal.
‘Mauricio o las elecciones primarias‘ es un ejemplo más de la calidad literaria de Eduardo Mendoza. De su capacidad de retratar la ciudad de Barcelona tal y como la ve él, volviendo a hacer referencia a ella como sede de unos Juegos Olímpicos, como sucedía en ‘Sin noticias de Gurb‘. Volviendo a un personaje masculino en gran medida desvalido y solitario, pese a su triángulo amoroso, en el que las conversaciones más intelectuales las tiene con Clotilde.
Porque está con dos mujeres a la vez, pero al mismo tiempo, parece no estar con ninguna de ellas por motivos que van más allá de los malabares que tiene que hacer una persona para querer o amar a dos a la vez. Mauricio Greis es un hombre gris en una vida que, como Israel en boca de Clotilde, es una entelequia que el día menos pensado llega a su fin.