El inspector jefe Chen Cao asiste en el departamento de policía de Shanghái a una charla en la que desde el Gobierno chino y el CCPC se quiere destacar la necesidad de avanzar hacia una sociedad más «armoniosa». En mitad de la reunión, recibe una llamada en la que una amiga, Yong, le dice que su expareja Ling se va a casar con otro hombre. Sin saberlo, esta noticia acabará relacionándose con un caso secreto que debe investigar: el posible robo de documentos secretos relacionados con Mao Zedong, expresidente y líder supremo de la República Popular China entre 1949 y 1976.
El caso Mao (Tusquets Editores, 2011) es una de las novelas de la saga policial escrita por Qiu Xiaolong, escritor nacido en Shanghái. En la narración, escrita en tercera persona, el lector descubrirá cómo la sociedad china de la década de 1990 queda retratada a golpe de bisturí a todos los niveles: desde los económicos con la brecha enorme entre ricos («hombres de bolsillos llenos») y pobres, hasta el pasado confuciano del país y la relevancia de Mao Zedong varias décadas después de su muerte. Unas diferencias sociales también descritas en novelas como Tokio, estación de Ueno, de Yū Miri.
Se dice que la sombra del ciprés es alargada y en esta novela policial tiene mucha más importancia que el caso en sí todo lo relacionado con el exdictador chino y episodios de masacres como la llamada Revolución Cultural china iniciada en 1966 por Mao. Un hombre de muchas aristas, protagonista principal del libro, mucho más que Chen Cao a pesar de todo lo buen detective que es (hasta el punto de que Seguridad Interna tiene envidia de él y se quejan de sus métodos de investigación).
Pronto, Cao tendrá que ponerse manos a la obra para investigar el que él mismo bautiza como caso Mao, remontándose a una relación que mantuvo Mao con la actriz Shang, de éxito sobre todo desde que estuvo relacionada con el líder supremo. Pero la desgracia se cebó con Shang y con su familia, con su hija Qiang, porque fue perseguida durante la Revolución Cultural China por influencia de la mujer de Mao, quien también fue actriz (en la vida real, tuvo a Jiang Qing, la señora Mao, como su cuarta esposa, quien actuó en su juventud)
Y en este punto entra en escena Jiao, nieta de Shang, una joven moderna que acude a las fiestas en la mansión de Xie, un hombre rico venido a menos que sobrevive con fiestas de Old Dicks, hombres que rememoran los años 1930 en China, en todos los sentidos, una época de la que no han sido capaces de evolucionar.
Precisamente, el inspector jefe Chen Cao tendrá en la novela El caso Mao la misión de ir a las fiestas y acercarse lo máximo posible a Xie y, sobre todo, a Jiao, principal sospechosa para el Gobierno Chino cuando el presidente era Jiang Zemin (1986 – 2002), en la novela no se habla del año concreto que es, pero es de suponer que es durante el gobierno suyo). Pero el foco de la novela está tan puesto en la vida y obra de Mao, desde sus masacres durante la Revolución Cultural y cómo afectó a millones de chinos y a sus descendientes, como a su obra poética, que realmente no importa si el China estaba bajo el gobierno de Deng Xiaoping (1978 – 1989), Zemin o de Hu Jintao (2002 – 2012).
El presente de China en la novela policial El caso Mao de Qiu Xiaolong sólo importa por la mano de hierro del pasado de Mao Zedong. Todo gira en torno a él en esta novela, las tramas policiales y personales de los protagonistas (el Viejo Cazador-expolicía jubilado que también investigó su propio caso Mao en el pasado-, el subinspector Yu -hijo del Viejo Cazador-, Peiqin -su mujer- Jiao, Xie o quien quiera que aparezca) es secundario. La novela tiene una trama policial que se mueve poco, aunque en la misma dirección dentro del secretismo. Lo que importa para el autor es presentar la influencia aún presente de Mao Zedong en China, mostrar la política y el costumbrismo chinos de los años ’90.
De esta manera, el inspector jefe Chen Cao, escritor, fingirá estar documentándose para un libro ambientado en los años 1930 para acudir a la mansión de Xie y conocer a Jiao. ¿Qué tendrá la joven que puede hacer tambalearse no sólo la figura de Mao, sino el Gobierno actual? Eso tendrá que descubrir como pueda Cao antes de que Seguridad Interna tome medidas más contundentes en un par de semanas. Pero no le resultará fácil averiguarlo, mientras investiga, eso sí, el lector descubrirá numerosos poemas escritos por Mao Zedong, con sus secretos sexuales ocultos entre líneas, llenos de metáforas, de revolución y de sexo. Y lo mal que trataba a sus mujeres (como Yang Kaihui), sin piedad si hacía falta, durante sus años de joven revolucionario y ya en la madurez también.
Con El caso Mao, Qiu Xiaolong muestra una trama policial muy buena, eso sí. La narración en tercera persona, el estilo y el ritmos son perfectos, es una novela muy fácil y agradable de leer. Atrapa a los lectores a la primera, con ese retrato de la sociedad china, de «hombres de bolsillos llenos» seduciendo con su poder a chicas jóvenes en busca de dinero y una vida fácil. ¿Será Jiao, nieta de la actriz y amante de Mao, una de ellas? ¿Qué buscará en las fiesta de Xie si no es un hombre rico? Chen Cao no lo tendrá claro y de hecho, hará un viaje a la Ciudad Prohibida y Pekín que lo alejará de ella, para dar una muestra de cómo, si en un plano cinematográfico se tratara, se moviera la cámara para dejar fuera de plano lo superfluo y el director se centra en lo que de verdad importa.
En Pekín, Chen Cao incluso visitará la casa donde vivía Mao Zedong en el Mar del Sur Central, para tratar de conocerle de manera que pueda saber qué tiene Jiao que le pertenece, un posible legado de su abuela Shang que ponga en peligro la dictadura comunista china. Un comunismo político que se compagina con el capitalismo económicos, hasta el punto de que Mao Zedong acabó convirtiéndose en un producto en una estrategia de marketing y ventas alrededor de todo el mundo y en la propia China retratada por Xiaolong en la novela El caso Mao.
En cuanto a lo policial, sí se puede señalar, además de lo bien que está la trama, aspectos que pueden ser más o menos habituales en una novela de este tipo. Por ejemplo, dejando a un lado la investigación en un país como China, es interesante cómo en el libro vemos la personalidad del inspector jefe Chen Cao. Un hombre aparentemente alejado de los intereses del Gobierno, que sólo hace su trabajo y que vive tan de lleno en su labor policial que no tiene relaciones personales. Esa trama personal con su expareja Ling es muy interesante, parecida a la de otras novelas del género, como el personaje de Rubén Bevilacqua de la saga Bevilacqua y Chamorro de Lorenzo Silva (en este enlace, la reseña a la novela La marca del meridiano, Premio Planeta 2012).
En definitiva, el gran valor de la novela policial El caso Mao, de Qiu Xiaolong, más que la investigación policial, es toda la descripción de la vida y obra de Mao Zedong, sus repercusiones, los años de la Revolución Cultural y el dolor infligido a tantos millones de chinos. No llega a ser un ensayo, pero es una novela muy interesante para acercarnos al género policial de Xiaolong, a otro modo de escribir literatura y, conociendo que su padre fue víctima de los Guardianes Rojos durante la Revolución Cultural de 1966, como la actriz Shang, a acabar la lectura con un regusto dulce y amargo: dulce, por la calidad de la novela; amargo, por el sufrimiento a pesar de que sea el origen del arte.