reseña de la novela El libro de los Baltimore de Joël Dicker

Reseña de la novela El libro de los Baltimore, de Joël Dicker

Marcus Goldman, aspirante a escritor, recibe una llamada de teléfono de su tío Saul Goldman el día antes de que su primo Woody ingrese en prisión. Solo le dice que ha ocurrido algo grave, que debe ir cuanto antes de Baltimore a verle. Es el 24 de octubre 2004 y está a punto de ocurrir el Drama que cambiará para siempre su vida.

El libro de los Baltimore (Alfaguara, 2016, con traducción de María Teresa Gallego Urrutia y Amaya García Gallego), del joven escritor suizo Joël Dicker, es el regreso de Marcus Goldman a las vidas de los lectores tras el gran éxito de La verdad sobre el caso Harry Quebert (Alfaguara, 2013). En esta ocasión, y ambientada antes de los hechos de esa primera novela, Goldman vivirá un regreso al pasado, siete años después, a los hechos vividos en 2004 y durante toda su infancia y adolescencia.

Durante aquellos años, y mediante una exquisita narración en primera persona, Goldman recordará todas sus vivencias dentro de La banda de los Goldman junto a sus primos Hillel y Woody. En realidad, su único primo de verdad es Hillel, hijo de sus tíos Saúl Goldman y Anita, y Wood (que recuerda al adolescente Holden Caulfield de El guardián entre el centeno de J. D. Salinger) era un adolescente conflictivo a quien Hillel conoce una mañana que intentan darle una paliza y él le defiende. Desde entonces, la pareja de primos pasa a ser un trío inseparable durante años.

En El libro de los Baltimore, Joël Dicker nos plantea toda la vida del que después se hace famoso escritor neoyorquino que tratará de salvar la reputación de su viejo profesor Harry Quebert. ¿Cómo ha llegado a ser lo que es, cómo fue su infancia, su relación con esa familia de la que no sabemos apenas nada en la primera novela? El lector tiene la respuesta en esta segunda novela, en la que al igual que en la otra, la narración va del pasado al presente en la narración, dando saltos temporales que van cerrando círculos.

La infancia, adolescencia y edad adulta de Marcus Goldman tendrán su base en los secretos familiares, los engaños y el amor. Desde pequeño, conocemos la envidia que sentían los Goldman de Montreal de los Goldman de Baltimore, más ricos, más atractivos, más seguros de sí mismos. Su tío Saul es un abogado de éxito en comparación con hermano Nathan, el padre de Marcus. Y él se siente enamorado de la belleza y sonrisa de su tía Anita, desea viajar en tren para estar con ella y alejarse de su madre Rebecca.

Con el paso de los años, su vida estará más con los Goldman de Baltimore, con las señales secretas que le hace a la policía de allí para que sepan que no es un extraño. Y con sus primos Hillel, un chico muy delgado, no apto para el deporte, muy intelectual y bravucón en ese sentido con los que ve inferiores a él. La pareja perfecta para Woody, un chaval solitario que le protege. Y a ellos se sumará Scott, el hermano de Alexandra Neville, y ella misma, que se unirán a la banda y serán parte de ese libro de los Baltimore.

El Drama de la familia sucede en 2004 y Marcus Goldman aún no es conocido como en La verdad sobre el caso Harry Quebert: aún no ha escrito que lo ha llevado a la fama. Eso es de lo que trata, en parte, El libro de los Baltimore. Una novela perfecta, con una trama magnífica como la anterior, que va desgranando poco a poco lo que el lector quiere conocer. Lo hace, Dicker, con un ritmo muy bueno, invitando a la lectura continua. Y con una trama en cierto sentido muy parecida o que recuerda a la serie This is us y a la relación de Kevin Pearson con Sophie.

Porque la trama, el lenguaje, el ritmo, las risas, el drama, los miedos, los rencores, los secretos, las envidias, la inocencia, el amor, las reconciliaciones… todo está tan magistralmente narrado en esta novela que es imposible no estar enamorado de la literatura de Joël Dicker. Porque Hillel, Woody, el joven Marcus y su relación adolescente con Alexandra (un par de años mayor que ellos), el desvalido Scott… son personajes que se meten fácilmente en el corazón de los lectores.

Esta es una historia que engancha, a nivel literario y a nivel emocional, Dicker es un gran escritor habilidoso en ese aspecto, aunque no de una manera diferente como su primera novela, sobre todo para los amantes del thriller, pero está muy bien. Es una historia de intrigas familiares, de infancias que se rompen con la madurez y que se alejan como algunas islas de la tierra, como se narra también de forma genial en Malandar, de Eduardo Mendicutti.

Con El libro de los Baltimore podemos llegar a ver puntos en común con La verdad sobre el caso Harry Quebert, ya entrevemos la pasión de Marcus Goldman por el boxeo en sus inicios universitarios en la Universidad de Burrows, aunque no se mencione a su mentor para nada. En este libro, en cambio, el espejo en el que se mira es su tío Saul, su referencia desde la infancia. Tanto que a pesar de ser la misma persona, el mismo protagonista, parecen dos universos diferentes, dos mundos diferentes solo conectados por pequeños detalles.

El lector puede pensar que estas dos novelas tienen al mismo protagonista en dos ámbitos espacio-temporales que difieren, no hay muchas conexiones entre ambas pese a que en la otra ya vemos el gran peso e influencia que tenía Quebert sobre Marcus Goldman. Aun así, pese a dos dos libros muy independientes, la fuerza de El libro de los Baltimore es mucha y muy potente. La historia es por momentos divertida, por momentos muy cruda, que nos lleva a pensar en hasta dónde no podemos evitar actuar evitando nuestros instintos primarios: el sexo, el odio, la envidia… pero también el amor que sobresale sobre todo lo demás y nos lleva a sacrificarnos por las personas a las que queremos.

Esos instintos, para lo bueno y para lo malo, están muy presentes en la novela, con una historia que llena al corazón, que divierte y entristece a partes iguales. Porque imaginarse a Scott dentro de una carretilla por un campo de fútbol americano es tan divertido y enternecedor como ver es algo deprimente y triste, según se mire, Goldman raptando un perro para recuperar un viejo amor de su juventud. Pese a las protestas de su vecino en Boca Ratón, Leonard Horowitz, un hombre mayor que también quiere escribir una novela y que le intenta evitar ir por el mal camino para salvar las posibilidades de felicidad que tiene y se enfada porque Goldman no avanza nada en su novela que quiere escribir.

En definitiva, El libro de los Goldman, ambientada en Montreal, Baltimore y Miami, es el intento de Marcus Goldman de salvar del olvido la historia de su familia, sobre todo de sus primos, la banda de los Goldman, y sus tíos. Y al igual que en la novela en la que intenta salvar el prestigio y la vida de Harry Quebert, el escritor, en esta novela también basada en la metaliteratura, también se quiere poner la capa de héroe, de salvador. Un hombre que intenta sobreponerse a los declives ajenos a los que se ve arrastrado, queriéndolo o no. Un escritor cuyas mejores obras, están alejadas siempre de la más individualista Nueva York y más ligada al corazón y al amor hacia quienes ama, ha amado y amará Marcus Goldman.

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