reseña de Recuerdos del futuro de Siri Hustvedt

Reseña de la novela Recuerdos del futuro, de Siri Hustvedt

Una famosa escritora que supera los 60 años de edad, llamada SH, llega a Nueva York para ir a ver a su madre, que tiene 92 años. Al hacerlo, reencuentra el diario que escribió cuando llegó a la gran ciudad en 1978, a los 23 años de edad, y plasmaba en las hojas todas sus reflexiones diarias. En aquellos tiempos, era una escritora primeriza que estaba escribiendo una novela policial protagonizada por dos jóvenes adolescentes, Ian Feathers e Isadora Simon. Ahora, es una mujer madura, de reconocido éxito, que se enfrenta de nuevo a su pasado, con todas sus luces y sus sombras.

Recuerdos del futuro de Siri Hustvedt, publicada por Seix Barral en 2019, es una novela que navega en varios géneros literarios al mismo tiempo: desde un libro de memorias (lo que está escribiendo la protagonista cuando regresa a Nueva York) hasta una autoficción, pasando por el género metaliterario en el que un libro se transforma con un libro dentro de él que a su vez se va transformando. Como se transforma la sociedad estadounidense, a nivel político también, con duras críticas a Donald Trump por parte de la narradora, como reflejo del propio pensamiento político de la novelista.

Porque la protagonista, además de narrar la historia en primera persona (aunque a veces variando y hablando de ella misma, de su yo del pasado, en tercera persona) y recordar su evolución, escribe en su juventud una novela policial que cambia porque ella misma lo hace, centrándose en los cambios, sobre todo, que se producen en la joven Isadora, que madura antes que Ian.

En este libro nos encontramos con esta mezcla literaria de géneros y estilos narrativos, con una joven SH que se nos presenta en la soledad y en compañía en una ciudad vertiginosa. Con semejanzas o paralelismos con otra de las novelas de propia Hustvedt, El verano sin hombres, en el sentido de que en los dos la protagonista es una escritora de edad madura, aunque en el otro viaja de la ciudad al campo, y en Recuerdos del futuro lo hace de un pueblo de Minnesota a Nueva York. Pero las semejanzas de una misma historia contada de varias formas porque son diferentes historias en una misma, esta ahí presente.

Precisamente, Minnesota es el apodo que la joven SH recibe por parte de sus amistades, el grupo de Los íntimos: Fanny, Whitney, Gus… un grupo de jóvenes que viven en Nueva York y a los que conocerá después de un tiempo en el que la protagonista vive en completa soledad (como si la soledad fuera algo medible). Con ellos, SH irá descubriendo la vida en la ciudad, la amistad, la locura, la libertad y las ganas de vivir y tener sexo disfrutando al máximo de su juventud. Al contrario, otra especie de paralelismo, de la protagonista de El verano sin hombres, Mia Friedricksen, que abandonada por su marido por una mujer más joven, decide estar un verano sin compañía masculina.

Recuerdos del futuro de Siri Hustvedt plantea ocho años después de publicarse la anterior novela esa contraposición entre la juventud y la madurez, solo que ahora vistas cara a cara por la misma mujer, recordándose a ella misma, en la medida de lo posible. Como sucede en las novelas de Paul Auster, Hustvedt nos plantea cómo nuestro cerebro construye el pasado a base de rellenar los huecos vacíos de la memoria, por lo sin poder controlarlo, construimos el relato de nuestra vida como eso mismo: un relato, una ficción en la que recordamos una parte, pero el resto el cerebro la inventa.

La joven SH no solo vivirá en Nueva York en compañía de sus amigos y amigas, y no solo escribirá en su diario los sueños que tiene y también las pesadillas que le provoca la violencia de la ciudad. También las vivencias junto a su vecina Lucy, una mujer que se nos plantea como una desequilibrada en los primeros compases de la novela: una mujer que grita al otro lado de la pared del 2B, el piso donde vive SH, desde el 2C. Una mujer que pone voces agudas o graves, de hombre o de mujer, que habla de muerte, que habla de violencia. Y que al final unirá su camino al de la joven escritora, siendo una parte más, ella y sus amigas (aquí entrará en juego la brujería y, ¿por qué no? establecer otro paralelismo con ‘Los cisnes’ de El verano sin hombres), de la vida de la chica.

En la novela Recuerdos del futuro, Siri Hustvedt nos habla de la aparente inmortalidad de la juventud, la época en la que la rebeldía se adueña de los espíritus. También de metaliteratura por medio de la novela policial que escribe SH, de su visión de las novelas de Sherlock Holmes, de su visión del amor entre Sherlock y Watson, de la relación entre Ian e Isadora… y de cómo la adolescente evoluciona y madura como consecuencia de los cambios personales en la vida de la joven SH. Isadora cambia porque ella lo hace, acabará sintiendo desapego por Ian y por su especie de adicción a las novelas de Arthur Conan Doyle.

Además de todo esto, de ser una lectura sencilla en el sentido de que está muy bien escrito (y traducido por Aurora Echevarría Pérez), de la gran calidad del libro como ejercicio de metaliteratura (y homenaje al Quijote de Cervantes, la propia protagonista se define a sí misma como quijotesca), Siri Hustvedt nos deja en Recuerdos del futuro una novela feminista (puedes leer también esta reseña de La maestra de Sócrates, de Laura Mas). La joven SH es una chica fuerte, que quiere conseguir sus sueños, reivindicando la libertad sexual entre otras, además de su intento por rescatar del olvido la obra de la baronesa Elsa von Freytag-Loringhoven.

Pero en su camino se encontrará con la violencia en diferentes versiones, hasta el punto de plantear cómo las víctimas de la violencia incluso se siente culpables por lo que han sufrido. Una de ellas la violencia que supone, impuesta por el resto o simplemente por cosas del destino, que supone vivir en la pobreza y tener que rebuscar comida en la basura. Sin entrar mucho en este aspecto concreto, mucho menos importante que el feminismo, la metaliteratura y el juego que supone la autoficción por llamar al libro de esta forma, la aporofobia u odio a los pobres aparece en algún destello en Recuerdos del futuro, aunque Siri Hustvedt no se explaya mucho en este punto en su narración.

En definitiva, la lectura de esta novela deberá tomarse con calma y disfrutarla, para adentrarnos en los varios tipos de narraciones existentes, por los diferentes estilos de vida mezclados en Nueva York, por la manera de mezcla realidad y ficción, por el estilo literario, los diferentes niveles o capas que se superponen y entremezclan. Recuerdos del futuro, de Siri Hustvedt, es un libro que entretiene, pero que mueve a la reflexión sobre el feminismo, la violencia, la familia, la política, la literatura y la vida.

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