reseña de la novela Misión Olvido de María Dueñas

Reseña de ‘Misión Olvido’, de María Dueñas

Blanca Perea es una profesora de universidad que supera los 40 años de edad. Tras el verano de 1999, debe regresar a las clases, pero no tiene ánimos de seguir viviendo en Madrid porque su marido, Alberto, con el que tiene dos hijos ya mayores de edad, la ha abandonado por una mujer más joven y atractiva. Por eso, tras pedir ayuda a una amiga de la universidad, decide solicitar una beca para huir a la Universidad Santa Cecilia en California (Estados Unidos) para un trabajo que será recomponen el trabajo académico del español Andrés Fonseca en tierras californianas.

Misión Olvido (Editorial Planeta, 2012), de María Dueñas, es así una novela mezcla de los géneros contemporáneo e histórico, ya que narra varias historias de manera paralela. En primer lugar, la más contemporánea, la de la profesora Blanca Perea haciendo el trabajo para la FACMAF de ordenar toda la documentación de Fonseca, a finales del siglo XX.

Y, por otro lado, el pasado de uno de los personajes protagonistas con los que convivirá Perea: el experto en literatura española Daniel Carter, durante su juventud como alumno de Fonseca (y amigo en la edad adulta de Rebecca Cullen, secretaria del departamento de Lenguas Modernas de la universidad y amiga de Blanca en la universidad desde el primer día) y en su periplo por la España de finales de la década de 1950.

Blanca Perea huirá así de España para intentar recomponer su dolor por el abandono y se encontrará a su vez con el abandono del legado de Fonseca, que durante décadas ha estado cogiendo polvo en el sótano de Santa Cecilia. Con su llegada y su trabajo, sin embargo, comenzaremos a descubrir qué esconden esos papeles y a qué se debe la presencia de Carter en la universidad y sus rivalidades con Darla Stern o con Luis Zárate, jefe del departamento para el que entra a trabajar Blanca. Un intento de olvidar chocará de manera irremediable con uno real y ahí surgirán todas las tramas de la novela.

María Dueñas presenta en Misión Olvido, por lo tanto, un viaje en doble dirección: del pasado al presente con la vida de Carter desde que era un joven universitario becado para hacer una investigación sobre Ramón J. Sender en la España del Franquismo hasta finales del siglo XX con esos cuarenta años de vacío. Y del presente al pasado con la recopilación y orden de Blanca de los papeles de Fonseca y su extraño cambio en el ámbito del conocimiento: de la gramática y la literatura a la historia de las misiones de franciscanos españoles en California y del padre Altimira en concreto en el siglo XIX.

Tenemos entre manos, por lo tanto, una primera aproximación de Dueñas a la relación entre España y Estados Unidos, tema al que volverá en novelas posteriores como Las hijas del Capitán (2018). Con un estilo narrativo que mezcla la primera persona cuando Blanca Perea narra su vida y la tercera persona cuando se habla del pasado de Daniel Carter. De fácil lectura, las más de 500 páginas de esta novela son un ejercicio de memoria, de lucha contra el dolor, contra el abandono, la soledad, el pasado, la Historia, el amor, el olvido y el perdón.

En Misión Olvido, si bien es cierto que el final parece telegrafiado como algunos pases en el fútbol que los defensas perciben y son capaces de cortar para frenar los ataques del contrario, Dueñas plantea el interés de cómo nos enfrentamos a nuestro dolor. Si bien está muy manido el dicho de que para encontrarse a un mismo puede ser necesario irse muy lejos, la profesora Perea lo que quiere es huir sin más del dolor y piensa que lo mejor es coger manta y carretera. Entre las opciones elige la más lejana sin saber realmente lo que tiene que hacer, sin saber si las traiciones dolores quedarán atrás, en Madrid, con su marido dejándola por otra mujer más joven (inicio argumental similar a Un verano sin hombres, de Siri Hustvedt).

En California, la profesora Perea tendrá que lidiar además de con el olvido con una especie de triángulo amoroso, con una mezcla de sentimientos al mismo tiempo. hacia Daniel Carter, viudo, y Luis Zárate, que aparentemente sale con una joven profesora. Así que, como en una buena novela, lo personal y lo laboral, lo sentimental y lo profesional se cruzan en una telaraña de la que la presa, Blanca Perea, tendrá difícil salida. Si su misión es olvidar, al mismo tiempo su misión es recordar o ayudar a traer al presente la memoria del profesor Fonseca. Y, también, rescatar del olvido y salvar precisamente lo que Fonseca quería.

¿Cuál fue el papel de los franciscanos españoles en la California del siglo XIX? ¿Qué tienen que ver con Fonseca las diferentes misiones como Santa Cecilia o como San Diego de Alcalá? ¿Y qué es la Misión Olvido? El pasado y el presente se unen en esta narración, con jóvenes estudiantes tratando de salvar el patrimonio de Santa Cecilia evitando la construcción de un moderno centro comercial, en un país que, en comparación con Europa o Asia, es de historia reciente y realmente no tiene pasado propio. Menos aún después de cómo con la doctrina del Destino Manifiesto saquearon las tierras de los indios americanos, por muy diferente que nos hayan querido contar la historia con las aventuras de indios y vaqueros.

La historia de España está íntimamente unida a la de Estados Unidos, aunque desconozcamos aspectos como los que recuerda María Dueñas con su novela Misión Olvido. ¿Cómo podemos evitar tropezar con las mismas piedras que en el pasado si lo desconocemos? ¿Cómo saber quiénes somos y de dónde venimos si no nos preocupamos por nuestro propio pasado? ¿Y cómo vivir con la conciencia tranquila cuando tratamos de evitar recordar el pasado porque fue doloroso y huimos de él con todas nuestras fuerzas? Eso es lo que intentan, de una u otra manera, con más o menos rencillas propias y con los demás, Blanca Perea, Daniel Carter y Luis Zárate.

Con todo ello, la escritora nos deja reflexiones muy interesantes, aunque esta novela no sea tan interesante a mi parece como Las hijas del Capitán. Y a pesar de que aunque se vayan entreviendo poco a poco los hilos de la madeja y las conexiones salgan a la luz poco a poco, bien es cierto que en otros casos el destino de los personajes y la resolución de las tramas sí se percibe con cierta antelación y carece de todo el efecto sorpresa.

De todas formas, como una de las mejores escritoras de novela histórica actual, María Dueñas deja un buen legado literario con Misión Olvido y eso no se puede negar, comparaciones o no con el resto de sus novelas (esta es la segunda de sus cinco libros publicados), que ahí ya entran factores muy importantes como la opinión personal de cada lector. Una escritora que no tiene una obra muy prolífica (5 libros en 13 años), pero de gran calidad.

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