Eduardo es un joven estudiante de Periodismo que sale los jueves y fines de semana por la noche con su amigo Alonso, un joven poeta que acaba de publicar su primer libro de poesía. Una de las noches de ‘micrófono abierto’ en el madrileño bar Pandémica y Celeste, Eduardo, afectado por las drogas que ha tomado, cree ver a un hombre atacar a una chica en el callejón trasero del local, pero no sabe si es verdad o es mentira lo que han visto sus ojos. A partir de entonces, involucrará su amigo Alonso y a otras personas en la búsqueda de Silvia Donado.
Cuando nos ven arder (Larrad Ediciones, 2022) es una nueva novela de Iván Baeza en la que los protagonistas están ardiendo, con unas vidas que se les escapan de las manos, mientras caen cada uno de ellos a un abismo del que no puede escapar. Ambientada en Madrid en el año 1985, es una novela bastante buena y también muy dura por los distintos temas que abarca: desde la muerte de seres queridos hasta el consumo de drogas, pasando por las mentiras y los secuestros, el miedo a reconocer la propia sexualidad o los odios internos en las familias.
Todo ello con un toque poético que por momentos se hace notar mucho en la narrativa del autor, como ya sucedía en otras novelas suyas como Todo lo que no tendremos (Larrad Ediciones, 2020). Un título que también sería una buena opción para esta, ya que de una manera u otra, por impedimentos de la vida o por decisiones propias, cada personaje no alcanza a tener todo lo que desea. Al contrario, se ven sumidos en una caída continua sin una cuerda a la que agarrarse y negando en ocasiones la mano amiga que se les ofrece.
Alonso y Eduardo forman uno de los muchos binomios de personajes protagonistas de una novela coral como es Cuando nos ven arder. A ellos se les unirán otros como la pareja de Jaro (camarero en el Pandémica y Celeste) y Eduardo; las hermanas Martina (pareja de Eduardo tras conocerse en el bar) y Helena, el propio Alonso con su padre; la tensión entre Julieta y su madre, Ciriaca, una anciana misteriosa adicta al azúcar y que lee el futuro en los posos de café… Y triángulos complejos como la relación de Julieta con sus hijas, Martina y Helena; la abuela Ciriaca con las mismas protagonistas…
Todos estos personajes, a los que se les suman otros como el profesor Fernando Solis, director de la tesis doctoral que está escribiendo Martina; su amigo Miguel Varado, poeta y dueño del Pandémica Celeste; la propia Silvia Donado o la Bruja. Todo un entramado de nombres y de historias que se encadenan, literalmente, gracias al estilo narrativo de Iván Baeza, que une cada uno de los apartados de cada capítulo conectando a todos los personajes.
Cuando nos ven arder no pretende ser una una novela ni policial ni negra, aunque haya una especie de investigación sobre el paradero de Silvia Donado, pero es más por la curiosidad de los jóvenes Alonso y Eduardo. Esta es una novela que va sobre los miedos y mentiras más profundos, sobre la incapacidad de olvidar y de perdonar, sobre la imposibilidad de superar los traumas o de reconocer quién es uno mismo, su propia sexualidad. A pesar de que Madrid en 1985 era la cuna de la conocida Movida madrileña, una ciudad moderna y avanzada, también es una ciudad de estereotipos, de odios, de bestias que se esconden preparadas para morder a la presa en cuanto tiene la ocasión.
¿Qué le sucede a Silvia Donado, dónde se encuentra? El lector lo descubrirá pronto, su pasado turbulento, su deseo de olvidar, de irse lejos de su pueblo y de su marido Justo para acabar con su estigma. Los estigmas son precisamente heridas dolorosas que afligen a Eduardo. Y no son los que atormentan a Julieta y a su falta de amor por sus hijas, como esa falta de amor que parece tener Ciriaca hacia ella. Estigmas y secretos innombrables pesan en la espalda de la anciana y también en los de Alonso, que no es capaz de que Martina sea de verdad una chica feliz y libre con él porque ella no quiere.
En esta novela, Cuando nos ven arder, Iván Baeza toca muchas teclas y lo hace con mucho acierto. Con muchos personajes atormentados, delincuentes, camino de la perdición, odiosos u odiados. Todos con secretos, con medias verdades y medias mentiras en sus relaciones con los demás. O con la incapacidad de enfrentarse a las rupturas sentimentales si no es con la poesía como terapia y expulsando a los demonios internos recitándolos en público, como le pasa a Alonso y hace en el Pandémica y Celeste, un trasunto de bares donde se recita poesía en Madrid actualmente como pueden ser Libertad 8 o el Aleatorio Bar.
Cuando nos ven arder parece ser una novela en la que todos los personajes tienen unos conflictos internos y externos a punto de explotar, lo cual provoca que, al conectarse, la trama se vaya cerrando sobre sí misma. Quizás el personaje sin pecados o sin tantos que expiar sea Fernando Solis, un hombre maduro y atractivo a ojos de Martina y de otras alumnas. Tal vez él sea el único del que se puede decir que no es un personaje que se está quemando sin remedio. Algo que parece complicado en un Madrid de locura, de desfase, de drogas, de peligro.
En definitiva, esta nueva novela de Iván Baeza, Cuando nos ven arder, es un muy buen libro, de fácil lectura, de gran calado y también con una una novela dentro de ella, la que está escribiendo Alonso con el título de Lo innombrable. Una lectura que recomiendo por su profundidad, por las cuestiones sociales que toca y por su calidad.