El 9 de diciembre del año 2005, de madrugada, dos cadenas de televisión mexicanas, Televisa y TV Azteca, emiten en directo la detención de Israel Vallarta y su novia o exnovia, Florence Cassez, y la liberación de tres personas a las que tenían secuestradas en el rancho Las Chinitas. El operativo en marcha es de la Agencia Federal de Investigación. Pero pronto se descubrirá que este operativo ha sido una recreación televisiva y no una detención en vivo y en directo.
‘Una novela criminal‘ (Alfaguara, 2018) es una novela documental o sin ficción del escritor mexicano Jorge Volpi y ganadora del Premio Alfaguara de Novela 2018. Un arduo trabajo de investigación en el que tras más de dos años, Volpi habla y consigue documentación de infinidad de fuentes sobre lo que al principio parecía una detención más de dos secuestradores en México. Pero acaba resultando una trama real digna de la mejor novela.
Volpi trata de desenmascarar lo que es una operación policial en la que la falta de pruebas acusatorias reales sobre Vallarta y Cassez supone un verdadero atropello a sus derechos. Y lo hace con esta novela sin ficción, pero que supera la ficción con unos giros y consecuencias sociales, periodísticas, policiales, políticas y diplomáticas de tales dimensiones que si un novelista quisiera escribir una ficción así, ¿se le trataría como exagerado? ¿Se le diría que es imposible su trama?
Porque el argumento de esta obra trasciende y mucho un caso de abuso policial en el que no se salvaguardan los derechos de unos presuntos criminales, que aun siendo declarados culpables de los delitos de los que se les acusen, en un Estado democrático de Derecho siguen teniendo derechos.
Y de buenas a primeras nos encontramos con un caso real (solo hay que acudir a la hemeroteca digital o, si eres mexicano, poner a funcionar la memoria) en el que puede haber una hipótesis más clara que las demás y que sobrevuela el libro, o al menos eso cree quien escribe esta reseña de ‘Una novela criminal‘.
Este libro es un recorrido por declaraciones judiciales, entrevistas en persona, transcripciones de entrevistas televisivas y radiofónicas… con el que Volpi llega, con algunas partes omitidas sin que eso suponga perjuicio para el lector, a un nivel extremo de fidelidad a los hechos que se encuentra. Unos hechos que el lector, poco a poco, tendrá que esquematizar en su cabeza o en un cuaderno o en el ordenador para intentar conectar a todos los personajes entre sí y tener un mapa claro.
Unos hechos que se irán complicando con el paso del tiempo a medida que sobrepase los límites policiales y judiciales de un país. A medida que incluso la detención de Cassez, ciudadana francesa, provoque la reacción del expresidente francés Nicolas Sarcozy, la primera dama Carla Bruni y la jet set del cine galo, con figuras que la apoyan como Alain Delon o Marion Cotillard.
Porque ninguna empieza encaja en el puzle que pretende formar el cuadro en el que Israel Vallarta y Florence Cassez son los culpables del delito de secuestro y líderes de la banda del Zodiaco, un grupo de peligrosos secuestradores. Volpi, capítulo a capítulo, va desmadejando la madeja del caso. En primer lugar, gracias incluso a que uno de los responsables policiales de la AFI reconoce en un programa de televisión mexicano de Televisa (curioso que la mentira se destape en la misma cadena que la emitió) que las imágenes ofrecidas de madrugada por Televisa y TV Azteca la madrugada del 9 de diciembre del 2005 no fueron en directo, sino una recreación filmada, como una película, a petición de los medios.
Y es entonces cuando se desata la caja de los truenos en esta novela documental o novela sin ficción ganadora del Premio Alfaguara de Novela 2018. Y que empieza, de hecho, con el secuestro de la joven Valeria Cheja por parte de la mencionada banda del Zodiaco. Pero el lector notará, además de las distintas narraciones de primeras personas (desde las declaraciones de todas las partes involucradas hasta el propio Volpi como narrador y personaje), un enorme desequilibro en el destino de los dos personajes principales de la novela. Los dos personajes principales de la historia real.
El enorme foco mediático y político, con guerra diplomática incluida entre el Gobierno de Felipe Calderón y el de Nicolas Sarcozy, que tanto ilumina a Florence Cassez apaga totalmente la vida en prisión de Israel Vallarta y lo que parece, a ojos del lector, una enorme cruzada vengativa por parte de la policía mexicana contra su familia. Mientras el foco, el de los franceses y los intelectuales mexicanos afrancesados que la apoyan, ilumina totalmente a Cassez, como si la injusticia solo se hubiese producido con ella, Vallarta queda recluido en la sombra de la culpabilidad.
‘Una novela criminal’, de Jorge Volpi, es un enorme ejercicio de investigación que quiere destapar la corrupción policial y política en México. Y lo hace con un estilo muy ágil y adictivo para el lector, a pesar de la maraña de datos, de versiones, de contradicciones, de puntos de vista, de lenguajes narrativos (desde la narración más o menos descriptiva y literaria hasta el lenguaje jurídico kafkiano) del paso de días, semanas, meses y años. Porque pasan casi 13 años desde la detención de Vallarta y Cassez hasta la conclusión y publicación del libro. La historia engancha por su nivel de complejidad y por cómo está escrita.
¿Es posible escribir una novela de ficción, de verdadera ficción, con un nivel de profundidad y complejidad tan alto como el de ‘Una novela criminal’? Es posible, sí, pero hay un tanto a favor de Volpi que le hace ganar a muchas novelas que puedan tratar el terrible problema de los secuestros, el narcotráfico y la corrupción en México (o en cualquier país del mundo). O cualquier otro de cualquier novela policíaca o novela negra.
Los hechos recogidos en este libro son reales, no es una novela que reconstruya hechos reales de alguna forma, como en El dolor de los demás de Miguel Ángel Hernández. Las vidas hundidas son reales. Las contradicciones en las declaraciones de las víctimas del secuestro son reales. La persecución a la familia Vallarta es real. Y la profunda y enorme sensación de incomodidad del lector al saber que Jorge Volpi no ha escrito una ficción, sino el resultado de investigar durante años un caso de verdad, también es muy real. Demasiado.