Portada del libro Variaciones sobre tres nombres

Reseña de la novela ‘Variaciones sobre tres nombres’, de Paco López Hernández

La ciudad de Madrid a comienzos del siglo XX es un lugar donde, al igual que en el presente, aunque con diferencias, reina la hipocresía. Las máscaras. La ocultación de la realidad. De los verdaderos sentimientos. Del amor y del sexo, sobre todo cuando no siguen las pautas de la sociedad y se entra en el terreno de lo degenerado, de lo desviado, de lo prohibido, de lo enfermo, de lo pecaminoso.

Variaciones sobre tres nombres‘ (Playa de Ákaba, 2018), novela de Paco López Hernández, es una apasionante novela histórica que introduce de lleno al lector en este ambiente de veladas de la alta sociedad española, la que se reúne en salones privados donde conviven las duquesas con los presidentes del Gobierno.

En esos salones donde las voces cuchichean y cotillean sobre la vida privada de los demás. Sobre los hombres, pero, sobre todo, acerca de las mujeres. Lógico en una época puritana y conservadora, en una época donde lo lógico era que los hombres frecuentaran los burdeles, pero no donde las mujeres pudieran disfrutar del amor y del sexo entre ellas.

Paco López Hernández, con una prosa perfecta y genial, con un lenguaje fino, certero, narra la historia de tres mujeres unidas por lo prohibido, por la literatura, por la poesía. Esta es una novela en la que el amor y el sexo, las dudas, los remordimientos, los secretos, se tejen los unos con los otros de manera magistral, en un fenomenal retrato de la vida de Madrid, de la sociología de la época, de la hipocresía, de la reclusión de la mujer.

Porque ‘Variaciones sobre tres nombres‘ no es únicamente un homenaje a ‘Les chansons de Bilitis‘, del escritor belga Pierre Louÿs. O a la literatura y a los grandes iconos de la época, como Benito Pérez Galdós. O un retrato de la vida de las clases altas del Madrid de comienzos de siglo y sus veraneos en Santander, los paseos por El Sardinero. Esta es una novela homenaje a la libertad, al sexo, a la mujer.

De tal manera que el autor nos muestra cómo esa libertad se vive en Villa Palmira y en casa de Adriana, una duquesa recluida en su hogar desde la muerte de sus padres. Solo vive desde entonces por y para los libros, lo cual supone la doble «sentencia» para una joven mujer de su época, la de vivir recluida por el fallecimiento de sus progenitores y, además, la de ser una mujer interesada por la cultura, por la literatura, por la poesía, la novela y la libertad de pensamiento de la mujer frente a la opresión del hombre.

Aunque la palabra feminismo no aparezca en ningún momento en la novela, ‘Variaciones sobre tres nombres‘ es realmente una novela feminista: es la narración de, quizás, la mayor de las libertades de una persona, la libertad sexual, la de acostarse con quien quiera, sin tener que dar explicaciones. Una libertad, eso sí, que no se puede airear públicamente. Y, por ello, una falta de libertad. Ya que la falta de libertad para expresar la orientación sexual de un individuo es una falta grave de libertad.

Perdón por la repetición de esta palabra, pero es la base de esta novela, de esta narración. La libertad no solo de pensamiento, no solo de voto, sino sexual. La reivindicación absoluta de que quien ama a un ser humano de su propio sexo no es un enfermo, un degenerado. Es solo un ser humano que ama y disfruta del sexo igual que lo hace quien está atraído por el sexo contrario.

Esa parte tan fundamental de la naturaleza humana que aun a día de hoy, a comienzos del siglo XXI, está incluso penada con la muerte en algunos países. No era así en la España de comienzos del siglo XX, pero la pena social estaba ahí, latente, lista para saltar sobre la yugular a la mínima posibilidad. Y ese temor, esa forma de esconder los verdaderos sentimientos, esas claves ocultas en el lenguaje de las «entendidas» está muy bien plasmada en esta novela.

El autor, para quien escribe esta reseña de ‘Variaciones sobre tres nombres nos deleita con una obra en la que no faltará el  erotismo, pero no habrá pornografía, un error en el que podría haber sido muy fácil caer para llamar la atención: pero Paco López Hernández, sin caer en lo grosero, nos muestra el sexo entre mujeres de forma tan natural como se puede hacer con una escena sexual o erótica en la literatura entre un hombre y una mujer. Porque es igual.

Variaciones sobre tres nombres‘ es una novela que ha de leerse para comprender lo que sucede en la mente de las mujeres lesbianas de una época en la que no cabía la posibilidad de reconocer públicamente el lesbianismo. Una época que ya se ha superado, en parte, pero que no está tan lejana en el tiempo. Esta es una obra que merece la pena ser leída para volver a poco más de cien años antes de la actualidad.

Y para darnos cuenta que, siglo más, siglo menos, muchas cosas siguen siendo igual o muy parecidas. El sexo sigue siendo para muchas personas un tema tabú, en el que es fácil odiar a alguien o insultar por sus gustos sexuales y por su propia orientación e identidad sexual. Esta novela es un enorme ejercicio literario por parte de su autor dedicado a esta temática.

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