El comisario Jean-Baptiste Adamsberg está pasando unos días de vacaciones en una isla de Islandia y recibe un mensaje para que regrese a París para investigar el caso de una mujer, casada y con un amante, que ha sido asesinada con un doble atropello. Al tocar tierra el avión en París, vuelve a tener jaquecas y lo que se inicia con un simple caso para el comisario, se acabará convirtiendo en otro más complicado que hará que le pique la nuca demasiado.
‘Cuando sale la reclusa‘ (Siruela Policíaca, 2018) es la última novela de la escritora francesa Fred Vargas, galardonada con el Premio Princesa de Asturias de las Letras 2018. Es una brillante novela policíaca que llevará al lector por un genial viaje por Francia (Nimes, París, Cadeirac…) desde la década de 1940 (en realidad, hasta siglos atrás) hasta el presente, enlazando una serie de acontecimientos gracias a la portentosa mente, tambaleante por momentos, de un genio por otros, del comisario Adamsberg.
Porque el caso de la mujer atropellada lo resuelve en un tiempo rapidísimo, para empezar a cobrar interés en su cabeza el caso de unas muertes de ancianos debido a mordeduras de un tipo de araña llamada ‘reclusa’ por la que ha sentido un interés previo unos de los gendarmes de su Brigada Voisenet. Según le cuenta un experto aracnólogo en una visita que le hace en París, es prácticamente imposible que este tipo de arácnico ataque a las personas, y menos hasta matarlas porque harían falta decenas y centenares para lograrlo, porque se esconden, de ahí su nombre.
En esa misma consulta, el comisario, que sospecha que los ancianos han sido asesinados desde antes de hablar con el aracnólogo, se encuentra con una anciana llamada Irène Royer-Ramier, que colecciona precisamente arañas ‘reclusas’ y le lleva una muerta al experto por si pudiera ser de su interés. Su relación con las arañas es junto la contraria a la de su coinquilina, Louise Chevrier, que les tiene pavor.
A partir de ese primer encuentro, el comisario le reconocerá a la anciana que está investigando el caso de las muertes y entablarán una relación en la que ella, que comenta en foros de Internet lo que está sucediendo con las arañas, le cuenta todo lo que va pasando y él, también.
Extraña la relación del comisario con una mujer a la que acaba de conocer, revelándole que es policía y cuál es su misión, en lugar de permanecer en silencio y no dar pistas de quién es para no entorpecer él mismo una investigación policial que caminará entre la fina línea que separa la legalidad de la ilegalidad, saltándola como si fuera un niño que está jugando a la comba.
‘Cuando sale la reclusa‘ es una obra de arte que podrá leer el lector que se interese por ella, una novela en la que las investigaciones del comisario Adamsberg, obstaculizado por el comandante Danglard, que se opone a la investigación al igual que el comandante Mordent, pero con una inquina personal hacia Adamsberg, llegarán hasta un orfanato llamado La Miséricorde, donde descubre que una pandilla de adolescentes, llamada la pandilla de las ‘reclusas’, atacaba a otros huérfanos escondiéndoles ‘reclusas’ en la ropa, que acababan mordiendo a los desgraciados niños, provocándoles incluso amputaciones de una pierna, la mitad de la cara o un testículo.
A partir de ahí, siempre con la oposición del comandante Danglard y con la sombra de una nueva rebelión en el seno de la Brigada a punto de convertirse en tormenta, con varios agentes fieles al comisario (como el teniente Veyrenc, Voisenet o la teniente Violette Retancourt), la investigación siempre girará en torno a la posibilidad de que sea una de las víctimas de la pandilla de las ‘reclusas’ la que se esté vengando de todos ellos, aunque sea unos sesenta años después.
La novela, de un ritmo mucho más reposado y literario que las novelas de Carmen Mola, traza un recorrido sensacional por la sociología de Francia y por una serie de problemas sociales como la vida en los orfanatos, la delincuencia juvenil, las violaciones e incluso las disputas dentro de los cuerpos policiales. Una trama perfecta, una madeja que como en las mejores novelas negras y policiales, no se deshace con facilidad por varios motivos: entre ellos, la psicología del propio comisario, Jean-Baptiste Adamsberg, cuya nunca no le deja de picar y que vagabundea por las calles de París, perdido en un mar en el que intentaré doblar el cabo de Hornos y pasar el Estrecho de Magallanes con su tripulación casi al completo, con amagos de botín por parte del comandante Danglard.
‘Cuando sale la reclusa‘ mantiene el suspense capítulo a capítulo, sin que el lector las tenga todas consigo, el verdadero mérito de una novela policíaca: más allá de la resolución del crimen, que raro es que no se produzca al final de la obra, lo que hace buena una novela de este tipo es la denuncia social, pero también mantener el suspense y la tensión sin dar demasiadas pistas al lector. Sin que el lector vaya por delante del investigador, del policía. En este caso, va siempre por detrás de la mente del comisario Jean-Baptiste Adamsberg, hasta que este no salga de sus brumas, no lo hará el lector.
Y eso convierte a la última novela de Fred Vargas en una maravillosa novela policíaca, una más en la serie del comisario Adamsberg, ya cerca de llegar a la decena de títulos en el que el protagonista es este hombre, vagabundo por las calles de París, con pinta de todo menos de comisario. La trama es perfecta, como el lenguaje, como el ritmo, como el retrato de los personajes, lo que muestran y lo que ocultan.
‘Cuando sale la reclusa‘ es una obra fantástica que no puede tener otro efecto en el lector, como en el autor de esta reseña, más que adentrarse en su mente como el veneno de las ‘reclusas’ se adentra en el cuerpo de las víctimas. Una novela de gran calidad desde la primera hasta la última página. Una muestra más de la maestría literaria de Fred Vargas, Premio Princesa de Asturias de las Letras 2018.
[…] El Blog literario de Jesus de Matías Batallas, que la considera una obra fantástica. Una novela de gran calidad. […]