Portada de la novela Ciudad de cristal

Reseña de la novela ‘Ciudad de cristal’, de Paul Auster

El teléfono suena varias veces en mitad de la noche. Daniel Quinn, un escritor de novela policíaca y de misterio, apático en su piso tras la muerte de su esposa e hijo, lo coge. Preguntan por Paul Auster, un detective privado, para pedirle ayuda. Quinn dice que se han equivocado de número y cuando acaba la conversación se arrepiente de no haber dicho que él sí era Auster. Espera varios días que suene el teléfono y cuando sucede, asegura ser el detective y acepta el caso.

Así da inicio la novela ‘Ciudad de cristal‘, la primera parte de ‘La trilogía de Nueva York‘ (Anagrama, 1987), con la que el escritor estadounidense Paul Auster hace que el lector se sumerja de pleno en la ciudad de Nueva York y en la vida de Daniel Quinn, protagonista, como el resto de personajes de la novela, de un trepidante juego de identidades y paralelismos.

Porque, para quien escribe esta reseña de Ciudad de cristal, esta novela no es un simple relato lineal de cómo transcurren las investigaciones de Daniel Quinn (que decide ponerse en la piel de Max Work, personaje de sus novelas de misterio) siguiendo a Peter Stillman padre, a las órdenes de Virginia Stillman, esposa de Peter Stillman hijo, para proteger a su marido. Es mucho más. Es un continuo juego de mentiras y verdades, de metaliteratura, de referencias literarias no sólo externas, sino internas, de una atmósfera de personajes aislados en una gran ciudad.

Auster introduce en el juego de Ciudad de cristal no sólo a literatos como Poe, Baudelaire o Cervantes, sino que hace que el propio Daniel Quinn viva como lo hace Max Work. Y como parte de un magnífico relato, no sólo introduce a un personaje que se llama como él, sino que él mismo se hace parte de la historia, junto a su esposa (Siri) e hijo (Daniel), de una forma magistral. O ególatra, según lo vea el lector, depende del gusto de cada uno.

Ciudad de cristal es una novela en la que Auster trata temas como la vida y la muerte, la soledad, la filosofía, la sociología y el retrato de una ciudad como Nueva York, la mejor o la peor ciudad del mundo, según se mire. Es una novela filosófica, pero también sobre el lenguaje, con reflexiones profundas como la posibilidad de crear un nuevo lenguaje para nombrar a los objetos cuya denominación ha dejado de tener sentido porque ya no son lo que son.

¿Qué palabra hay que utilizar para nombrar a un paraguas que se ha roto y que, por tanto, ya no es un paraguas y no es posible seguir utilizando esta palabra porque ha dejado de tener significado al romperse el objeto? ¿Paraguas roto? Peter Stillman padre, encerrado durante años por haber encerrado a su hijo en soledad con propósitos científicos de dudosa ética, asegura que sus investigaciones a este respecto cambiarán la historia de la humanidad.

El testigo de esta idea (¿loca? ¿utópica? ¿delirante? ¿lógica, posible y necesaria? ¿visionaria?) es Daniel Quinn durante su proceso de vigilancia de un hombre extraño, más peligroso de lo que aparenta ser, y que según va anotando Quinn en su cuaderno rojo, camina por Nueva York escribiendo con sus pasos una serie de palabras que harán que todo encaje, en un relato que se torna bíblico con el paso de las páginas y nos remonta al mito de la Torre de Babel.

Ciudad de cristal no es una novela al uso, requiere un esfuerzo del lector página a página. Una novela, como su autor, que no pasa por las estanterías, las manos y los ojos de los lectores sin provocar una sonrisa o, por el contrario, desagrado. Paul Auster no deja indiferente a su lector, le divierta o no. Ciudad de cristal no es una novela simplemente para pasar el rato, no es solo un libro, como le dice una joven lectora a Daniel Quinn sobre su libro Abrazo suicida en la estación de tren Grand Central.

Es una obra de calado, en la que bajo la apariencia de una novela negra (un ciudadano contrata a un detective privado para que resuelva un caso, en lugar de acudir a la policía), se esconde mucho más. Religión, filosofía, lingüística, soledad, las relaciones paterno-filiales, la literatura… Y sobre Nueva York, sobre lo que se esconde en los callejones de la ciudad, sobre el pasado, presente y futuro de esta ciudad y de los Estados Unidos.

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